viernes, 25 de julio de 2014

Una noche cualquiera se puede presentar la venganza perfecta



Io sono l'amore
 “El amante” un nombre totalmente cliché, ya que nos trae a la mente alguien casado que es infiel. Nos referimos a   una película italiana del año 2009, en donde Tilda Swinton interpreta a    Emma, una mujer  instalada en la alta sociedad italiana actual. Casada con Tancredi (Pippo Delbono), hijo de un poderoso empresario textil. Ella  puede desear y hace lo que quiere.

Uno de sus hijos, Edoardo (Flavio Parenti) tiene un amigo chef Antonio (Edoardo Gabbriellini), un hombre joven, apuesto y talentoso. Cocina increíblemente.  Es laborioso, metódico y logra platos increíbles. Luego de un par de encuentros casuales y sexuales, Ambos  serán atraídos por una pasión intensa y tendrán que enfrentar la manera de vivir su relación en un escenario complejo donde las traiciones se pagan y con creces.

La siguiente historia se fundamenta en lo que es conocer y experimentar con  un amante, se dice que la mayoría de  las mujeres engañan con motivo muy fundamentado inmersas en relaciones desgastadas por el dolor y el tiempo, hace pocos días vi esta película y me imaginé como sería para una mujer que está con una vida prácticamente realizada, con su marido, hijos, etc.
 Algo así como la “perfecta casada”, la cual va descubriendo  que su marido no era quien dijo ser en un comienzo y poco a poco se va desenamorando de él.



"Catalina era  una espléndida  mujer de 34 años, físicamente de estatura promedio, cabello muy largo rubio oscuro, ojos de un color celeste tan intenso que a ratos encandilaban, tez blanca y nariz pecosa, con una maravillosa figura voluptuosa, tenía  un hermoso hijo de 10 años, el cuál era su adoración y un marido de su edad, el cual merecía toda su repulsión.

No se debe mal entender el asunto, ella fue muy feliz con su marido, por un buen tiempo, se había casado a los 20 años en una increíble y envidiable ceremonia, fue novia de su marido desde los 17 años, y quedó embarazada a los 23, amaba a su esposo con todas sus fuerzas, las cuales se fueron debilitando cuando comenzó a descubrir una serie de eventos que la hicieron dudar de la fidelidad de él para con ella.


Se comenzó a  dar cuenta   que estando embarazada, él llegaba a altas horas de la noche, su carácter había cambiado con ella para mal, contestaba largos llamados en medio de la madrugada, hasta que un día, con su gran panza de 8 meses y medio mediante un esfuerzo decidió esperar fuera del trabajo de él y lo siguió, como en una persecución de película en donde el protagonista toma un taxi y le indica al chofer: “siga ese auto”, en este caso esperaba con su hermana mayor, en el auto de la misma, Jaime su marido,   salió del trabajo hablando por celular con una sonrisa de oreja a oreja, nadie le sacaba de la mente a Catalina que él la engañaba del modo más cruel, sin pensar en ella, ni en su amor, y lo que es peor aún, el hijo que llevaba en su vientre. Su hermana arrancó el auto y lo siguieron hacia el sur de la ciudad, luego de media hora de persecución estacionaron el vehículo y descubrieron lo que  tanto sospechaba, Jaime tocando el timbre en una casa, en un lugar de clase muy sencilla, abrió la puerta una mujer mayor, de unos 35 años, se besaron en los labios como si se amaran de verdad y no se hubiesen visto en años, luego se abrazaron y el entró a la casa.


Fue un hecho tan común en la vida, pero tan impactante para ella que rompió bolsa, su hermana muy asustada, la llevó a urgencias, ya que en ese preciso instante iba a dar a luz a su bebé.


Después de un largo trabajo de parto, y las insistentes llamadas no contestadas hacia Jaime por parte de la hermana de Catalina, nació el bebé, Francisco lo llamó, un bello niño muy sano. Al otro día apareció su marido, con la excusa de cualquier infiel, trabajé hasta tarde, me dormí y no pude llegar a tiempo, etc.


Pasaron los años y Catalina jamás le dijo a Jaime lo que sabía, se lo guardo y le hizo jurar a su hermana que callara, juro también que algún día se iba a vengar por todo el daño que su marido le había causado, y no fue solo con esa mujer, descubrió a lo largo de los años que él había tenido más de un amante, su auto estima se fue a lo más profundo de la tierra, se sentía fea, se sentía gorda, que no valía en lo más mínimo, solo su bello hijo la hacía sentir bien.


De pronto a los 30 años, comenzó a recuperar la estima y el amor propio, tomó clases de danza árabe, salió a hacer ejercicios de cardio con su mejor amiga, algunas noches al mes iba a bailar salsa con su grupo de amigos, y por supuesto sus descargos cada vez que estaba enojada, eran algo terrible en contra de su marido, el cual no parecía realizar reclamo alguno como si supiera que los gritos y exigencias de ella eran su karma.  Además de todo esto Jaime  tenía muy buen pasar, por lo que era capaz de complacer todo capricho material  de Catalina.


Una noche cualquiera, en pleno verano, Catalina va a un conocido Happy Hour en el centro de la ciudad, junto a sus amigas, pasado un rato se aproxima a la  barra para a pedir un trago  mientras sus amigas la esperan en una mesa frente a la pista de baile, y se le acerca un hombre joven, de unos 23 años, de pronto la saluda como si la conociera: “Hola Catalina, pero que guapa estás, hace mucho no te veía”, a lo que ella responde: “ Perdón, pero ¿nos conocemos?”, él le dice que si a lo que ella contesta: “ No recuerdo el haberte conocido, lo siento”, el la mira, sonríe coquetamente  y  le dice: “ Catalina, soy yo, Leandro, tu ex vecino, soy el hermano menor de tu ex compañero de escuela, Ricardo, ¿recuerdas ahora?”, Catalina queda totalmente sorprendida, Leandro era todo un hombre, muy hermoso por cierto, con un cuerpo trabajado, tez morena y profundos ojos almendrados, de gran estatura y una sonrisa perfecta, respondió nerviosa mientras se abrazaban: “ Por Dios, Leandro, estás hecho todo un hombre, yo que te conocía como un pequeño revoltoso, como pasan los años, me siento vieja”, él le responde: “ como dices eso Catalina, estas más hermosa de lo que recuerdo”, en ese preciso momento, se sentó en la mesa de él y conversaron durante horas, rieron durante horas, bailaron salsa,  Catalina pensó que Leandro danzaba como los dioses, volvieron a la mesa y se miraron como si fuesen cómplices de algún inconfesable secreto y reían sutilmente.


 Llegó la hora de cierre en aquel bar, por lo que Leandro se ofreció a llevarla a casa, y también iría a dejar a una de sus amigas si ella se lo pedía. Por lo que fue a dejar a sus amigas, y por último la fue a dejar a ella, Catalina le pidió que estacionara el auto a unas dos cuadras de su casa para que no hubiesen malos entendidos, por lo que él accedió sin mayor problema, se despidieron con un beso entre la mejilla y los labios.


Esa misma madrugada, Catalina no pudo dormir al haber visto a este maravilloso y vigoroso hombre, que un día fue un pequeño niño revoltoso merodeando entre adolescentes. Se quedo dormida pensando en ese cuerpo, sonrisa, labios, etc. 


A la mañana siguiente su marido se fue al trabajo, era sábado, mientras su hijo dormía, llamó a su mejor amiga Patricia,  le conto detalles de lo sucedido, a lo que ella le recordó sin anestesia lo que debía hacer: “Ahí lo tienes Cata, tu venganza te estaba esperando, es tiempo de pagarle a tu mal marido con la misma moneda” a lo que ella respondió:  “Pero Paty, no me atrevo, no sé si hacer algo así”, su amiga indignada le contestó: “Como que no, hace cuanto que no disfrutas, y cuantas veces te engaño ese idiota, vamos, hazlo, como un juego, sin esperar nada, solo el goce de la venganza y el placer”.  Conversaron un poco más, y al cortar el llamado, se Catalina fue directamente a la cocina y se preparó desayuno ya que era el día libre de su ama de llaves,  mientras bebía su café sentada en el comedor diario de su cocina, pensó que tal vez si era el tiempo de vengarse por los años de daño y desilusiones que Jaime le había causado, era tiempo  de disfrutar con un hombre como Leandro, que parecía perfecto para ingresar con un rol de amante en su juego.



Pasaron los días y Catalina volvió a aquel bar, con un presentimiento de que esa noche vería a Leandro, el cual se hizo realidad, volvió a encontrarse con él, quién parecía estar más hermoso que la última vez que se vieron. Se volvió a acercar a ella mientras sus miradas se cruzaban: “Sabía que volveríamos a coincidir, si no era en este lugar, iba a ser algún otro, estas muy bella el día de hoy”. Volvieron a sentarse en la misma mesa, conversaron un par de horas, Leandro le rozó las manos, solo con mirarse y sin decir palabra, se fueron del lugar,  entrelazando sus manos y sin avisar a nadie.

Él  la llevó a su departamento de soltero, un lugar pequeño, un tanto sencillo pero no menos elegante con una decoración que mezclaba el negro con el blanco, muy masculino, le sirvió un trago, se sentaron juntos en el sofá de su pequeña sala, se miraron como si el fuego de la pasión se les saliese por los poros,  comenzaron a besarse de modo desesperado como si lo desearan hace mucho tiempo, tuvieron una increíble noche, bastante apasionada, algo que ella prácticamente había olvidado, no recordaba lo que era disfrutar y llegar al máximo punto de excitación o tal vez nunca lo sintió realmente. 



Ya eran las cinco de la madrugada, Leandro se había dormido, y Catalina exasperada lo despierta y le indica que por favor la vaya a dejar a casa, que no quiere tener problemas, a lo que él se levanta de la cama,  le responde medio dormido, estando aún desnudo, lo cual para ella era una maravillosa postal, es más,  aún con su plenitud intacta, tomándola por la cintura con fuerza y besando su cuello: “desearía que te quedaras el fin de semana completo a mi lado, pero no quiero crearte problemas, así que te iré a dejar a casa”, el rostro de Catalina enrojeció por el cumplido, y en silencio se vistieron salieron del apartamento, y la fue a dejar, al momento de llegar, tal como lo había pedido la primera vez, él recordó que debía dejarla a  dos cuadras de su casa, cuando ella abrió la puerta para bajar del auto,  Leandro no pudo evitar retenerla tomando su ante brazo y  le dijo algo que sus ojos decían a gritos: “Cata, yo…necesito seguir viéndote, no he podido dejar de pensar en ti,  prometo no inmiscuirme ni opinar con respecto a tu vida, y nadie sabrá lo nuestro, pero no quiero que te alejes de mí, el haberte encontrado luego de tantos años, ha sido maravilloso.”



Después de todo, este hombre 7 años menor que ella  se convirtió en su amante de medio tiempo, se veían una vez por semana, a veces en las tardes y otras por la noche, siempre con las horas contadas, como si el reloj de arena estuviese frente a ellos y corriendo. 



Extrañamente, Catalina no sentía culpa alguna por dicha situación para con Jaime, ya que él no merecía el más mínimo sentimiento de pena, aunque el mayor temor de ella, especialmente  por el bien estar de su hijo, era que su marido la escuchara nombrar a Leandro en medio de la noche, ya que no había día en el que no soñara con él..."

                                                                                                          






martes, 22 de julio de 2014

Una noche loca, el feo y yo

Como saben la mayoría de las veces me baso en historias reales, pero esta vez imaginé esta situación después de haber oído el término "Coyote Ugly", en la película del mismo nombre, Lil, la dueña del bar en dicha película, lo define de este modo:
"- ¿Alguna vez te has despertado sobria después de un rollo de una noche y quien está junto a ti es tan horrible que te arrancarías el brazo antes de despertarle? Eso es un Coyote Ugly."

Pero ¿es tan importante que una persona sea hermosa, y cumpla con los estándares pre establecidos por esta sociedad?, ¿realmente hemos perdido el gusto por valores que son más importantes para entablar una relación?¿ debería darnos lo mismo y  solo pensar en los valores y cosas en el interior de las personas?

Espero les guste este cuento, como siempre digo, tal vez lo desarrolle para que pase a ser una novela al estilo  chick-lit.



"Laura estaba desconcertada, perdida, además de eso con una jaqueca tan terrible que sintió que su cabeza se partiría en dos y por si fuera poco le dolía el cuerpo entero, incluso su parte más intima. Acababa de despertar sola, en una cama que no era la suya por lo que su corazón comenzó a acelerarse y pensó que si acaso se había tomado toda esa botella de vodka la noche anterior como para haber terminado en una cama que no era suya y desnuda.


Comenzó a ordenar sus pensamientos cuando de pronto, aparece un hombre con una bandeja de desayuno y pastillas para la resaca, Dios mío, pensó, era Javier el hombre más feo que pisa el planeta, según ella y todas las mujeres en su oficina, Laura era una bella mujer, con un cuerpo como esculpido naturalmente, sin exagerar las partes, pero en bella armonía como un todo con su cabello castaño, su piel blanca y sus ojos color almendra.


De pronto recordó el término de Coyote Ugly, y estaba sucediéndole en ese preciso instante, despertar con resaca y haber hecho algo de lo que no estaba muy segura y con la persona que menos imaginó.


-          Buenos días  preciosa, te traje desayuno y unas pastillas para la resaca, que me imagino debes estar con mucho dolor de cabeza.


-          Em… Javier…nosotros…


-          Nosotros ¿que?


-          Bueno tu sabes… ¿pasamos la noche juntos?


-          Si la pasamos, y fue increíble, maravilloso.


Instintivamente Laura se tapó el cuerpo con las sabanas, tomó su ropa, y fue corriendo a vestirse al baño, se miró al espejo e intento calmarse para no salir corriendo, pero su corazón latía tan fuerte y rápido que podía oír sus latidos, respiró una y otra vez profundamente hasta que salió del baño y se dirigió a Javier.


-          ¡Por favor, en este momento exijo que me detalles todo lo que pasó anoche!- dijo Laura mirándolo con indignación-


-          Wow, tranquila Laurita, toma asiento por favor ( la tomó de los hombros, y la sentó en la orilla de la cama),  bueno…nos encontramos en un bar, un tipo  estaba molestándote demasiado,  tú parecías muy enfadada, me viste, corriste hacia mí y me besaste en los labios, obviamente no me iba a negar, luego te sentaste en mi mesa y pediste muchos vasos de vodka, creo que perdí la cuenta, a momentos  te me acercabas extremadamente cariñosa, y uno no es de fierro sabes, menos con una chica tan hermosa como tú, luego te llevé a casa, te deje en la puerta, y gritabas que te llevara conmigo, corriste tras mi auto por la calle, te juro que intenté negarme, pero no pude dejarte así. Y pensé en dejarte durmiendo en mi cama,  lo cual hice, luego me fui a dormir al sofá en la sala, apareciste en medio de la noche, te sentaste sobre mí y bueno... pasó lo que ya imaginas.


-          ¡Ay Dios mío Javier!, me siento terrible, te acosé prácticamente, pero que cabeza loca la mía, y borracha…Por favor, nadie debe saber esto, ¡prométemelo!- Dijo muy exaltada-.


-          Ok, ok, lo prometo, se que no soy un chico guapo, pero tengo lo mío sabes, te prometo que nadie sabrá esto, ni en la oficina, ni en ningún lado.


-          Muy bien, seguiremos siendo compañeros de trabajo y nada más.


Ella tomó sus cosas, se despidió de él con un beso en la mejilla, dejo a Javier con la bandeja del desayuno servida y una hermosa rosa de la cual caían gotas de agua.

Llamó  un taxi a pies descalzos en plena calle, en el taxi se colocó los tacones y murmuraba furiosas frases en contra de su persona, mientras el taxista miraba por el retrovisor pensando que aquella mujer estaba loca,  ella seguía pensando en el odio que sentía por haber pasado la noche con el chico más feo de la oficina, se sentía terrible.

 De pronto comenzó a recordar lo que había sucedido, sintió que no fue tan malo después de todo, recordó que Javier intentó con todas sus fuerzas negarse a tener sexo con ella por lo borracha que estaba ,  pero no logro su cometido ya que los encantos de Laura  eran irresistibles para él quién había adorado su belleza desde hace años, recordó que fue muy cariñoso y paciente, nadie había puesto tanta pasión, emoción y preocupación para su disfrute  al estar con ella, pero no podía soportar el haber estado con alguien como él, su prejuicio era más fuerte que el buen momento que pasaron juntos…"

lunes, 21 de julio de 2014

De compañero de vida a amigo de medio tiempo

Esta entrada está dedicada especialmente a mis mejores amigas Vale, Carolina y   Lisette , quiero que sepan que las quiero mucho, y que siempre pueden contar conmigo.




El día de ayer estaba viendo  un reportaje con respecto a una página web en donde se puede alquilar un amigo para compañía, un periodista entrevistaba a los ciudadanos que pasaban por su lado, consultándoles que pensaban de esto por lo que respondían que era algo terrible, prácticamente una aberración, ¿ como es posible siquiera pensar en arrendar un amigo?¿ acaso no somos capaces de generar amistades de modo legítimo?.

Me hizo reflexionar con respecto a mis propios amigos, con los cuales en mi juventud temprana y hasta hace unos 3 años no podíamos concebir una salida sin estar juntos en todo momento. Pero los años pasan, ciertas personas se vuelven padres de familia, se comprometen en  una seria relación de pareja , se van a vivir muy lejos, y los compañeros de vida solo se transforman en  amigos que tal vez se juntan una vez al año tan solo un par de horas,  lo que es más triste aún, no todos pueden llegar a dichos encuentros ya que la vida de “adulto” es muy demandante la cual  es parte del curso de continuidad en la vida, nadie dijo que sería algo fácil.


A veces siento que los necesito más que nunca, pero vuelvo a pensar que estoy muy feliz por mis amigos,  aún así, les quiero dejar en claro, los siguientes puntos:

1)      Si tú estas feliz, yo también.
2)      No porque no nos veamos todo el tiempo, mi cariño hacia ti va a disminuir.
3)      Cuando estés triste puedes contar conmigo donde quiera que estés.
4)      Siempre estás en mis oraciones.
5)      Si alguien te hace daño, será siempre parte de mi lista negra.
6)      Nadie más que tú  y yo sabremos los  secretos de las bellas locuras de nuestra  juventud.
7)      Jamás voy a juzgar tus decisiones de vida, me haré parte de ellas dándote todo mi apoyo.
8)  Siempre serás un miembro más de mi familia.


La vida avanza y las personas siguen su curso en un camino que los lleva hacia la felicidad, lo cual hace que tal vez deban separarse, pero el tiempo nos hace comprender que así debe ser, nos volveremos a reunir y será un momento lleno de gozo y alegría, porque sabré cuanto amas tu hermosa vida y si algún día nos encontramos en el cielo o el infierno, haremos nuevamente un CARNAVAL, como si los años no hubiesen pasado jamás.